lunes, 20 de septiembre de 2010

Querida DGT: tres fallos de treinta.

Quizá finalicemos aquí la trilogía de la DGT. Pueden perder el rato con la primera y la segunda parte, o bien poneros a hacer tests. Si ninguna de ambas opciones les place, búsquense algún jueguito de coches en flash. En cualquiera de los tres casos, existen probabilidades de que les arrolle un camión (???)


Venga va, que si no os aburrís (podéis clicar en la imagen para verla en graaande) :




¿Parece fácil? Lo es, siempre y cuando defendamos la teoría de que la DGT es una organización secreta cuya meta no es otra que la de socavar el ya de por sí precario sistema sináptico de la raza humana. Dicho de otra forma, que nos quieren volver a todos locos. Según el corrector, la correcta es la "c".
Claro, si tenemos en cuenta que la DGT tiene en su poder la lanza de Longinus y el molde de la piedra angular del acueducto de Constantinopla, entre otras reliquias. Los neumáticos se inventaron en 1887. Los inventó el Sr. Dunlop, que es algo así como decir que el boli lo inventó el Sr. Boli.


Pocos, muy pocos, saben que Traci Lords es cinturón negro de ninjutsu. Pero de ahí a saber que DGT custodia patentes de ciencia ficción, va un trecho. ¿Qué habrá escondido ahora en los subterráneos de la Prefectura Provincial? Quién sabe, podrían tener en su haber la patente de la fusión fría, o el enlace neuroanal USB o la línea genealógica desde Amenophis IV hasta Elvis.


Una de las cosas más criticables de la DGT, es la apología que hace de las drogas. 




¿Habéis visto de careto tan alegre tiene ese conductor? ¿Será de meterse un tripi?


El siguiente ejemplo me gusta más:




Es evidente que los porros no disminuyen el tiempo de reacción, menos aún si producen somnoleeencia (bostezo). Pero de ahí a alterar los colores, jolín, qué camellos se gastan en la DGT...y teniendo porros ¿quién quiere LSD? Por favor, que alguien le dé el chivatazo al de la camisa azul de arriba (la correcta es la "a", of course)


Gracias al peyote en lata, la teoría de la conspiración cobra fuerza. Contengan la respiración y observen con atención la siguiente imagen satelital de las líneas de Nazca:


¿Ven esas líneas a la izquierda de la araña mutante? ¿Ven el logo de la DGT? 
¿Saben quién mató a Kennedy por no llevar cinturón de seguridad?


En fin. Poca broma. Pero saber que existe otra organización súpersecreta al acecho del invisible poder mundial en la sombra, no me hace gracia. Sin embargo, es difícil desentrañar el misterio y reunir todas las piezas del puzzle: ¿cómo? ¿por qué?


Una buena idea sería contratar a una buscadora de libros


Aunque también cuento con la inestimable ayuda de todos ustedes.


Bienvenida sea.

martes, 14 de septiembre de 2010

Querida DGT: hasta el gálibo.

"No podemos conducir por ti"
eslogan de la DGT


Esto va a ser un tostón.
Si has llegado aquí por casualidad, 
quizá prefieras leer algo sobre ninjas.


Ándele.


El tema viene de lejos. De muy lejos, para ser exactos.
Para aquellos que padecerán atrofias musculares en su dedo índice derecho por no seguir los links que pongo, que sepan que es una carta al Sr. Bilbeny que, rebuscando en la fantástica hemeroteca digital de la Vanguardia, he considerado oportuno rescatar para la ocasión. La Vanguardia, por si no estaban al corriente, es un diario monárquico y católico ideal para los ateos republicanos. Paradojas de la prensa escrita. Igualmente, debo indicar que el Sr. Bilbeny es pintor abstracto y ca-te-drá-ti-co de é-ti-ca en la UB. Como mínimo una de las dos cosas merece un respeto. 


Quería yo dejar bien clarito que me molesta mogollón toda la movida de la sacada de pasta del tema del carné de conducir. Dicho de otra forma, me ofende en demasía el sistema creado para otorgar carnés al azar, penalizar al estudioso y beneficiar al suertudo. En cualquier momento regresamos a la cultura goliarda y montamos La Tuna de la Prefectura. Creo que entre los exámenes médicos de verdura, las tasas y demás, la obtención del carné de conducir es un gargantuesco fraude organizado por la administración pública. Luego querrán que la gente no se mate, cuando la están muriendo ellos (juego de palabras en castellano intraducible al castellano). Y blablablá. En seguida dejo de ponerme pesado y pasamos a la parte que más os gusta.


Pero antes de nada, voy a hacer un listado de frases que no quiero oír nunca más.


- Hay que hacer muchos tests: señores, señoría, el único objetivo de hacer tests es hacer tests. A lo mucho, los tests sirven para poco más que para alegrar sórdidas entradas en blogs marginales. Luego hablamos.


- Hay que usar la lógica: demostraremos en la presente exposición que la Lógica no tiene nada que ver en el tema que nos atañe. Como principal premisa, diremos que un examen se ha de diseñar para que lo apruebe quien sabe el temario y es capaz de razonar las respuestas correctas; y no todo lo contrario.


- No hay que usar la lógica: también demostraremos como los principios de la mecánica cuántica pueden aplicarse a la teórica de conducción. La no-lógica tampoco tiene cabida. La DGT ha creado una anomalía en el despacio-tiempo donde la materia y la antimateria conviven, igual que la Lógica y la no-Lógica. Creo que debería hablar de Orwell y su 1984 para desarrollar este punto, así que mejor lo dejo así tal cual.


- Los tests están desactualizados: los tests son de agosto de 2009. Los recientes cambios de normativa del 25 de mayo de 2010 sólo alteran la taxonomía de las infracciones, no el Código propiamente dicho.


El 105% de la población no entiende de estadística. Mientras tanto, tres de cada tres conductores encuestados coinciden en que lo aprendido en la teórica no sirve de nada, no se usa nunca y no se recuerda. Normal. Como todo en este país, normal. Si es que la normalidad es lo más normal del mundo.




Aquí tenemos, señores del jurado, un típico caso de la-DGT-me-quiere-matar.
Todos ustedes deberían marcar la opción 'a'. El coche azul tiene una señal de prioridad.
Ahora veámoslo desde el punto de vista del pobre infeliz del coche rojo:




Todos ustedes, si no les ha explotado la cabeza antes, deberían marcar la 'b', por aquello de venir por la derecha (¿esta era fácil, eh?)
Señores del jurado. ¿Qué ha ocurrido? El coche rojo carece de poderes telepáticos, de la misma manera que no posee rayos X en los ojos para saber qué señal tiene el coche azul (podría ser un simple precaución:intersección). Ninguna señal le indica lo contrario (¿vieron algún ceda o stop o algo de lo que sea?). Conclusión:


Accidente. ¿Cómo es posible?


Pues es posible porque los tests también están realizados al azar. Pese a que carecemos de datos recientes, hemos encontrado en el archivo la siguiente imagen: 
Funcionario de la DGT circa 1960

Lo importante es que uno va a hacer el examen y si aprueba, campeón. El aprobado dejará de engrosar la lista de gente que despotrica del sistema en su blog. Pero si suspendiese, no hay posibilidad ya no de rebatir, sino de saber en qué se falló. Ello da pie a que haya conductores que pasen a la práctica con tres fallos.
Por ejemplo, puede saltarme un stop, matar a un herido por no saber primeros auxilios y cargarme el motor al equivocarme de octanaje y pasar a prácticas. Sin embargo, si me sé todo eso pero fallo cuatro preguntas sobre remolques articulables que tienen que hacer cambios de sentido en un día de niebla en una carretera de un sólo sentido pero dos metros de arcén, no paso.

Habrá quien diga que hay diez millones de carnés de conducir sueltos por el territorio nacional. 
Calculemos las probabilidades:

En cada test hay, de media, tres preguntas de sí o no, y el resto tienen una respuesta correcta de tres posibles. Para aprobar, hay que hacer 3 fallos o menos. Eso da 1 probabilidad contra 2.259.436.291.848 y descarta la opción de hacer el test estrictamente al azar.

¿Existe entonces una conspiración?

Posiblemente.




Buscando por la Red he encontrado una explicación pausible:


Manual Astrológico del Conductor, parte 1parte 2 y parte 3.


Claro que puede haber quien no esté conforme. 
Está invitado a dejar su propia teoría.


Seguiremos investigando.



miércoles, 1 de septiembre de 2010

Querida DGT coma dos puntos

"No creo que Hamilton cuente con ningún tipo de privilegios"
Fernando Alonso


A lo largo de los tiempos, los eruditos han realizado profundos y racionales estudios sobre el lenguaje del vino, del amor, del fútbol y, seguramente, hasta de las ancianitas y sus gardenias. Cada uno de esos sectores de la existencia moderna tiene sus particularidades a la hora de hablar sobre ellos, su propio código.


Pero también, a lo largo de esos mismos tiempos, han aparecido grupos o sociedades, obsesionadas con crearse su propio código, bien para identificarse y comunicarse entre ellos o bien para impedir que elementos externos pudieran acceder a ese grupo. Sirvan de ejemplo un gremio cualquiera, una sociedad secreta o los ninjas.


Descartando que los funcionarios de la DGT sean ninjas, sólo nos quedan dos opciones: una, que son el gremio de pintores de carreteras; dos, que son los herederos del linaje del Rey Salomón y tienen un secreto capaz de derrocar al mismo Vaticano.


Veamos algunos ejemplos (podéis clicar en la imagen para verla en graaande) :




¿Cuál es la respuesta correcta? Presuntamente la "c", por aquello de que más vale que sobre que no que falte.
Pero la pregunta maestra habría de ser: ¿¿¿qué hace un ciclista entrando en una autovía???


Evidentemente, alguien capaz de responder a esa pregunta merece el título emérito de Gran Mestre de la Luz Cósmica. Buscad, malditos, buscad.


La siguiente me gusta aún más. Todas las tradiciones animistas, desde Lucy hasta los seguidores del Dios Cornudo, creían que podían sobornar a los espíritus para hacer llover. Los modernos chamanes de la DGT provocan la lluvia para que la gente se mate. Ten cuidado ahí fuera, hombre blanco en caballo de metal.




¡No pongáis la "c"! ¡No pongáis la "c"!
Por favor, memorizad el siguiente texto para el día que atropelléis a alguien bajo la lluvia: "perdone Ud., pero desconozco los sutiles matices entre la-distancia-recorrida-durante-el-tiempo-de-reacción-en-un-día-lluvioso y otras-palabras-separadas-por-guiones-que-incluyan-el-verbo-frenar"
Uf. La correcta era la "b". Me lo dijo Champoillon tras contactar con él por ouija (es que Vodafone me astilla en las llamadas al Más Allá...)


Bueno, ahora que ya hemos visto que nunca llueve a gusto de todos, y menos de las sciurus vulgaris al cruzar la carretera para ir a cazar piñas, pasemos a otro tema:




Antes de nada, defínanme qué es "un taller de confianza", porque por lo visto no tiene nada que ver con "el taller más próximo". En breve cursaremos una encuesta a los talleres del barrio para saber si se consideran de un tipo u otro. Mientras tanto, "el taller más próximo" será una estafa necesaria y "mi taller de confianza" será una imprudencia temeraria. Por eso los del RACC tienen un helicóptero, supongo.




Yo creo que si le pones clavos a un neumático tendrás que ir al "taller más próximo" para sustituirlo (risas)


Podría seguir así hasta el día del Juicio (escojan, ángeles trompeteros o terminators) pero he de reconocer que me he guardado mi favorita para el final. 
Imaginemos que Ud. está en primera línea (pole position) de un semáforo en rojo. Tiene coches a izquierda y derecha porque es la calle Aragón y son las seis de la tarde, por ejemplo. Oye por detrás el aullar de una ambulancia. Tiene tres opciones:


a) Decirle a Kitt que salte hasta más allá de la intersección con el botón turbo boost.


b) Encender una velita y rogar por el alma del desdichado que va en la ambulancia, porque Ud. no se va a mover de ahí.


c) Infringir con alevoso dolo el Código de Circulación, saltarse la línea del paso de peatones y el semáforo para hacerse a un lado. Salvar al plebeyo moribundo y llevarse de recuerdo una multa, un carné con menos puntos y una bronca con el guardia urbano, cuya presunción de veracidad hará cualquier recurso inviable, especialmente después de haberle dado recuerdos a la madre que lo parió.


¿Gracioso? Veamos el último caso:


La correcta es la "b". Pero el día que yo esté en esa ambulancia, agradeceré de corazón a todos aquellos que escojan la "a". 


Gracias por venir. Cuidado en la carretera pero antes, suerte en La Campana.