lunes, 26 de julio de 2010

Ninjas Olé

Los ninjas son tope guays. Exóticos y misteriosos, maestros del subterfugio y del sabotaje, del acecho y la emboscada. Asesinos. Visten de negro. Comen de todo y no engordan. Hacen magia china. Hacen cosas malas para salvar a los buenos. Son tan listos que rellenan directamente la casilla 770 de la declaración de la renta. Llevan armas estrambóticas, botes de humo y dragones tatuados. Pueden caminar sobre el fuego, el viento y el parqué flotante. Acrobáticos funambulistas, los reyes de la sombra. Porque sí, porque los ninjas son lo más.


Ha habido quien ha llegado a decir que los ninjas, como fuerza de élite, han sido proporcionalmente la más poderosa de la historia. Obliterando que siglos antes ya había sociedades secretas parecidas en Oriente Medio o Hungría. Lo que en su momento serían poco más que un conglomerado de mercenarios y espías, el siniestro cortafuegos de la lúgubre sociedad samurái, se ha convertido en un elemento de culto. De hecho, la adoración por los ninjas que los japoneses han exportado tan astutamente al mundo sólo podría equipararse a la Mafia siciliana. Oséase, una legitimación de la maldad con fines patrióticos.


Lo grave es que a este lado del mundo no tenemos ninjas locales que adorar, porque la historia la hicieron los pueblerinos de los tercios de Flandes, los pueblerinos de la Reconquista y los pueblerinos vándalos y suevos. Al menos, si los almogávares hubieran sido tan buena gente como los ninjas, tendríamos ninjas pirenaicos.


Un desastre. El hecho de no tener ninjas en nuestra historia es un lastre enorme para la economía de un país, consecuencia de un Romanticismo tardío que nos dejó sin mosqueteros, reyes arturo ni partisanos y sólo nos legó al pirata de Espronceda y un remake del Cid.


Los japoneses, siempre tan atentos, intentaron corregir ese agujero negro en nuestro folklore con la creación del Spanish Ninja Matador Vega, un personaje tan hábil y rápido como narcisista, pero sin kames (波动拳)


No creáis que las altas esferas no están tampoco al corriente de todo esto. El Ministerio de Cultura no ha tenido reparos en financiar y colaborar en la producción "Águila Roja". Con ello se pretende subsanar esa lacra histórica. De aquí poco, el Capitán Alatriste también deberá viajar a las Indias Orientales para reciclarse en Spanish Samurái. Y Tirant lo Blanc, y el Quijote de Avellaneda, y Dartacán, y Willy Fog, los Aurones, el Gazpacho y el Mochilo...








<= Ninjas franceses. Un clásico imprescindible.








Una ninja pacense. En extinción.  ==>












<== Almogàver. Con unos retoques, hubieran sido uns ninges catalans de l'òstia!

2 comentarios:

  1. Ninjas... como de costumbre, sólo puedo aportar a este blog un cacho de mi rancia memoria de cine de barrio (pónganse en situación... asientos de skai -sí, se escribe así- rajados y con la espuma -lo mismo- fuera, olor a Zotal mezclado con Raid, restos orgánicos mesozoicos en el suelo, película rallada, acuchillada y defenestrada como si hubiera caído en las manos de un habitual de la sala como Jason Voorhess -¡Jefe! Uno de los altavoces no funciona!-, personaje oscuro con gabardina que explora tus muslitos si tienes menos de 13 años -me pasó, por supuesto, y 2 veces-, etc, etc.

    Bueno, ya estamos en situación. Año del señor de 1983. Cine Texas, calle Bailén, 120 pesetas la entrada, programa doble: Todos al suelo y La justicia de Ninja. Servidor va expresamente a ver las ubres y muslos inherentes a las pelis de Esteso y Pajares que en casa no le dejan ver pero, misteriosamente, en el cine sí, mientras estés allí y no molestes, niño. Pero le acaba molando mucho más la serie J franco-hispano-alemana con Franco Nero de prota, en la que unos señores encapuchados y muy misteriosos se inflan de tirar estrellas de 5 puntas a la frente y colodrillo del respetable y de saltar de los árboles -uno no acaba de entender por qué- cabeza abajo, dentro de una trama totalmente incomprensible y ni falta que hace.

    Podría intentar seguir hablando de la serie j europea sobre ninjas, casi todas protagonizadas por Franco nero -La justicia de Ninja, La venganza de Ninja, Enter the ninja...-, pero prefiero seguir haciendo de Marsé de pacotilla y terminar con mi experiencia. Lunes siguiente, un compi de clase que había visto el mismo programa que yo, comenzamos a comentar la peli entusiasmados, de repente, recreando una escena, saca un lápiz Staedtler, de los negroamarillos, me lo tira a la cara cual estrella de 5 puntas... y me acierta en el centro del ojo. Resultado: una muy leve hemorragia ocular y una semanita en casa. Y como eran los felices 80's, nadie demandó a nadie, nadie ganó un pastón en un juicio, el colegio no se cerró , no dimitió ningún ministro y no pasó nada. Bibiana Aído ni siquiera iba a primaria. Mis padres pensaron "los niños tienen estas cosas" y me dieron ración doble de Cola-cao toda la semana.Y punto.

    Resultado?

    Las películas de serie B europeas de ninjas de los 80 nos salvarán de la corrección política.

    O no?

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  2. mmmm ke pena ke se este perdiendo estas culturas muy sabias y antiguas pero ay muchas cosa ke no se saben de los ninjas si ke eran muy sabios .....

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