lunes, 26 de julio de 2010

Ninjas Olé

Los ninjas son tope guays. Exóticos y misteriosos, maestros del subterfugio y del sabotaje, del acecho y la emboscada. Asesinos. Visten de negro. Comen de todo y no engordan. Hacen magia china. Hacen cosas malas para salvar a los buenos. Son tan listos que rellenan directamente la casilla 770 de la declaración de la renta. Llevan armas estrambóticas, botes de humo y dragones tatuados. Pueden caminar sobre el fuego, el viento y el parqué flotante. Acrobáticos funambulistas, los reyes de la sombra. Porque sí, porque los ninjas son lo más.


Ha habido quien ha llegado a decir que los ninjas, como fuerza de élite, han sido proporcionalmente la más poderosa de la historia. Obliterando que siglos antes ya había sociedades secretas parecidas en Oriente Medio o Hungría. Lo que en su momento serían poco más que un conglomerado de mercenarios y espías, el siniestro cortafuegos de la lúgubre sociedad samurái, se ha convertido en un elemento de culto. De hecho, la adoración por los ninjas que los japoneses han exportado tan astutamente al mundo sólo podría equipararse a la Mafia siciliana. Oséase, una legitimación de la maldad con fines patrióticos.


Lo grave es que a este lado del mundo no tenemos ninjas locales que adorar, porque la historia la hicieron los pueblerinos de los tercios de Flandes, los pueblerinos de la Reconquista y los pueblerinos vándalos y suevos. Al menos, si los almogávares hubieran sido tan buena gente como los ninjas, tendríamos ninjas pirenaicos.


Un desastre. El hecho de no tener ninjas en nuestra historia es un lastre enorme para la economía de un país, consecuencia de un Romanticismo tardío que nos dejó sin mosqueteros, reyes arturo ni partisanos y sólo nos legó al pirata de Espronceda y un remake del Cid.


Los japoneses, siempre tan atentos, intentaron corregir ese agujero negro en nuestro folklore con la creación del Spanish Ninja Matador Vega, un personaje tan hábil y rápido como narcisista, pero sin kames (波动拳)


No creáis que las altas esferas no están tampoco al corriente de todo esto. El Ministerio de Cultura no ha tenido reparos en financiar y colaborar en la producción "Águila Roja". Con ello se pretende subsanar esa lacra histórica. De aquí poco, el Capitán Alatriste también deberá viajar a las Indias Orientales para reciclarse en Spanish Samurái. Y Tirant lo Blanc, y el Quijote de Avellaneda, y Dartacán, y Willy Fog, los Aurones, el Gazpacho y el Mochilo...








<= Ninjas franceses. Un clásico imprescindible.








Una ninja pacense. En extinción.  ==>












<== Almogàver. Con unos retoques, hubieran sido uns ninges catalans de l'òstia!

lunes, 19 de julio de 2010

Ad Wasteland

Repongo unos enlaces compartidos en febrero de 2010.


Publicidad, junto a su hermana Propaganda, siempre han estado mal vistas en el Olimpo de las artes. Para un artista, usar su talento con un fin publicitario es siempre un camino de funambulista entre el mensaje, la catarsis, la conexión con el espectador y la sorpresa; y el dinero. Don Dinero, como dijo Quevedo.







Aunque no lo parezca, es un anuncio de una cadena de supermercados.


Sin embargo, a veces coincide el propósito de la marca con las buenas intenciones. Éste es uno de mis favoritos:





Ya está por hoy. Dos anuncios. Dos formas de hacer las cosas.


viernes, 16 de julio de 2010

¿Qué será del body?

Tras las interesantísimas y avaladas por crítica y público series sobre la Guerra Fría y el cine de zombis, y a la espera de su resolución, regresaremos al oasis mental de Albedrío.


Hele aquí el body, ese gran desconocido.La RAE, que limpia, fija y da esplendor, es decir, que ya desde el lema deja claro que es una cosa amena y cercana, dice de él "Prenda interior femenina, elástica y ajustada, de una sola pieza, que cubre el tronco."


¡Mal! El body también puede ser una prenda masculina...a medio camino del fracaso, por supuesto, pero ahí está  ==>


Lo de prenda interior también es una cosa discutible. Desde el triunfo del look lencero, con Marc Jacobs al frente, el body femenino se perfila como un eterno aspirante a must have, tanto en el terreno cotidiano como en las noches de cóctel de entretiempo. No hay que olvidar que los 80 nunca se van del todo, y marcas como American Apparel se están hartando a vender una cosa que luego la gente apenas se pone, por aquello del qué dirán.


El body también se vincula a determinados deportes, por ejemplo el patinaje artístico. En la siguiente foto se ve claramente, por desgracia, el futuro de semejante inspiración.

Si es que el body es una idea a la que le cuesta entrar en el siglo XXI. El auge del bikini como prenda de baño (algo se comentó por aquí) le ha dejado en una posición incómoda, demasiado cercana al morbosismo descaré y al disfraz. 
Claro está que disfraces que requieran un body sólo los hay inspirados en movidas ochenteras, así que volvemos a más de lo mismo. Visto así, los bodies sólo tienen cabida en el baúl de las hombreras y los calentadores, condenados a una eternidad de escuchar el Eternal Flame mientras un buitre les picotea el hígado.


¡Pero no digáis que no mola! ¿Acaso un body no transmite humor y amor?


¿No? Quizá será porque subconscientemente tenéis grabada la imagen de esos bodies de látex que venden a diez euros en los sexshops, que quedan tremendos en la foto pero luego son mates y duelen de mirarlos...


Ya. El secreto es aplicar gel de silicona por toda la piel para que no queme y luego más gel del mismo en el látex para que brille y no se rasgue. Pero creedme, ni así. ==>


¡Pero hay esperanza! Entre otros motivos, por el auge del burlesque, como reivindica Dita von Teese o, más cercana, la catalana Bibian Blue, que presentó recién colección en el 080 de BCN.


En el fondo, es una cuestión de actitud a la hora de llevarlo. Se puede llevar realmente bien e inspirar admiración; realmente mal, y dar una imagen cuanto menos controvertida; o fatal de veras.








<==Fatal. Créetelo, mona.










A esto me refería con lo de "controvertida" ==>






Total, señoras y señoritas, siendo prácticos, que mucho me temo que si alguien no lo remedia, bodies, lo que son bodies, veremos pocos en las próximas dos, quince u ochenta temporadas que vienen. Añado unas cuantas fotos más, que los hombres de a pro encontrarán la mar de interesantes. Ustedes, bueno. Ustedes mismas.


Es un disfraz de Vampirella. Pedro, no hagas trampas.

Y esto otro también. Cosplay del DOA, pero vale.

¡Bah! Lo de hacer un post sobre la reinvención y renovación del body lo dejo a blogs serios de moda.
Los demás, al menos nos habremos distraído un rato. Quien pasa por aquí, será porque hace uso de su albedrío.

innecesaria PD: tercer post de moda sin malhablar ni del esnobismo ni del efebismo imperantes. ¡Bravo!


Prometo que el próximo post de moda será útil. Lo que no sé a quién.


miércoles, 14 de julio de 2010

Z de zombis II

Día uno, 23:15 PM. ¿Por qué yo, por qué?

"No sé si te has dado cuenta, pero hay gente comiéndose unos a otros"
Salazar, en Day of the Dead.

Vale. El brote zombi ha estallado. Como ya sabemos del anterior post, los zombis han variado su origen a lo largo de su historia, pero apenas su conducta. A lo mucho, últimamente parecen más rápidos, pero a causa de la evolución del lenguaje visual y como reflejo de los tiempos modernos. Para adaptarse, en cambio, los vampirillos, hombres lobos y demás han tenido que reinventar su conducta o, a lo sumo, regresar a sus leyendas originales. El zombi, como símbolo, sigue impasible.

Pero si tenemos a una legión de zombis ahí fuera ¿a quién tenemos dentro? ¿Quién merece la atención del guión?

La respuesta es rotunda: arquetipos. De personalidad, de conducta, para ser exactos. Los estereotipos estéticos no están nada bien valorados (vaya, mueren rápido). Lo que interesa son aquellos personajes, cuanto más prosaicos mejor, con conductas latentes marcadas.

Esas personalidades, esos personajes, llevados a una situación límite...
Sí, una invasión zombi es una situación límite.
...Llevados a una situación límite esos caracteres tácitos en el día a día pasan al paroxismo de sí mismos. Se radicalizan. El bondadoso pasa a ser pío; el huraño, mezquino; el valeroso, heroico; el osado, suicida; el despistado, imprudente...
Cada uno de esos roles extremos jugará una función a lo largo de la peli. En un principio no hay papeles buenos y malos, aunque la justicia poética estará muy atenta. La mezcolanza e interactuación de esos papeles dará pie a situaciones terciarias que propiciará todavía más la segregación de los personajes.

He ahí el ensayo de una buena peli de zombis: el cóctel de esos personajes, aparentemente mundanos, llevados al límite. Desarrollemos este punto crucial.
Propongo, que no pospongo, el siguiente ejercicio mental: 
- Escoge a los cinco amigos que te llevarías a una isla desierta.
- Destaca los adjetivos que mejor describa a cada miembro del grupo. 
- (Es un simulacro, pero no digas nada) ¡Invasión zombi!
- De la lista anterior, eleva cada adjetivo a su superlativo.
- Imagina que empezáis a escasear de recursos. Las cosas no van bien -nunca lo van.
- Tú, que eres el líder*, decide quien va a "morir" primero. Debes asumir si lo has escogido por tirria o pragmatismo. ¿Qué aportaba al grupo? ¿En qué lo lastraba?
- Las cosas empeoran. Siempre empeoran.
- De los que quedan, uno opta por sacrificarse para hacer ganar tiempo a los demás. ¿Quién? ¿Sale a cuenta?
- Ahora la parte realmente difícil. Entre los que quedáis, ha de perecer otro, y ahora tú también estás en el bombo. Puesto que ya la han diñado dos, se te pone en entredicho. Defiende tu supervivencia.

Al final sólo quedáis dos. No hace falta seguir el juego, ya está bien. Debes entender que ese ejercicio se basa sólo en la conducta y en la personalidad, o más concretamente en tu percepción de su conducta y en la imagen que tengas de la tuya. Hay varios juegos más de este tipo (y bastante más divertidos y menos macabros) que son de gran utilidad en RRHH. Ya los veremos más adelante si os apetece.

La esencia del tema, si has sido franco (por la gracia de dios), es que tu amiguito "leal" tiene todos los números para ser el "sacrificado". El "reservado" o "introspectivo" pasará rápidamente a individualista y superviviente; el "dominante" a dictador y así sucesivamente. Conste las veces que hagan falta que sólo hablamos de conductas. Las competencias y talentos son otra historia, quizá para Z de zombis 3 ó 4...

El interés por el desenlace de los personajes nacerá de la radicalización de su conducta y de su relación con las demás. Pese a que en algún momento el grupo adopte una postura común, una conducta consensuada, nuevas amenazas (¿no hay munición?) volverán a provocar conflictos entre ellos. Simple y llanamente, el grupo perdurará si la relación y comunicación entre los personajes es fluida y armónica. Al margen de los intereses personales (sobrevivir, por ejemplo) se realza que ciertas actitudes toleradas o potenciadas por la realidad rutinaria son del todo inapropiadas en un entorno hostil (u hostil de remate, ya puestos)

En la práctica, como visionadores de pelis de zombis, no le cojáis cariño a ningún personaje. La moraleja suele ser bastante desastrosa. Pero probad de identificaros con algún personaje o, como mínimo, con su arquetipo de conducta. Quizá, en una situación como la planteada no fueras tan simpático (que pasa a falso cabrón aprovechado o peor aún, a tontamente generoso) ni tan valiente (futuro zombi, sin más).

"Yo era la discreta y pasé a prescindible"




Uno que no escogió bien a sus "amigos"




*Sobre el liderazgo hablaremos largo y tendido en algún post futuro que no tendrá nada que ver con zombis.

domingo, 11 de julio de 2010

Antropología amateur

Tras leerme los tres libros de Desmond Morris (El Mono Desnudo, La Mujer Desnuda y el Zoo Humano) y el espectacular La Especie Elegida (del Proyecto Atapuerca), ya se puede decir que soy antropólogo amateur.

La cosa tiene cero méritos. Parafraseando a una antropóloga de verdad, "todos somos antropólogos, aunque muy pocos se ganen la vida con ello". Pero tanto da. Vamos a redactar un artículo de antropología y luego, en un elegante movimiento narrativo, lo vincularemos con el siguiente post de zombis. 

Pero antes ¿os acordáis de los posts de la Guerra Fría? (MAD y SDI) Allí se hablaba de la carrera armamentística. Si tu rival creaba un misil que llegaba más lejos, tú inventabas un misil interceptor más rápido. Ante los submarinos, bombarderos; ante éstos, cazas; contra cazas, cazas mejores; entonces mejores misiles ICBM y así...

Pues los animales, y la evolución con ellos, funcionan más o menos igual. El guepardo más rápido cazará más gacelas. Las gacelas y guepardos más lentos tienen menos probabilidades de sobrevivir y, por lo tanto, reproducirse y perpetuar su cadena genética. El mejor guepardo de hace un millón de años, sería incapaz de cazar una gacela de hoy en día. Esto es bastante fácil, y seguramente ya lo saben hasta los que me leen en diagonal.

Si este punto ha quedado claro, veamos el siguiente: los dos órganos que consumen más energía en un animal son el cerebro y el estómago. Seguramente te habrás dado cuenta de que usas más uno que otro, y raramente a la vez. Cuanto mayor y más sofisticado es uno, menor y más simple es el otro.

Tener un cerebro "mejor" te permite acceder a fuentes de alimentos más eficientes (carroña primero, carne después), cosa importante pues, a cambio, tu estómago no tendrá tanta energía para asimilar alimentos menos asimilables (fruta verde, tubérculos, hojas). Perfeccionar las técnicas cognitivas conlleva a obtener recursos más rápidamente y con menor gasto energético (trampas, conocimiento de los hábitos de la presa, cocción) a la vez que, inevitablemente, atrofia el estómago, obligando a una mejor aún gestión de los recursos (herramientas, armas, agricultura y ganadería) para procurar aún mejor alimento más veces. Esta fascinante relación seso-tripa se hace evidente en todo el reino animal, especialmente en los mamíferos superiores.

Con esto en mente, se explicaría casi todo, si no fuera porque el ser humano es incapaz de reproducirse solito. La manutención de las crías es un agujero negro energético. Los primeros homo tampoco llegaban a fin de mes.

Por ello, y como ya se veía venir, el hombre es un animal grupal (barra tribal, barra clan, barra unión de repúblicas socialistas soviéticas, barra unión económica europea, barra estados unidos de américa, barra...) Ello tiene un montón de explicaciones lógicas, pero sin alejarnos del tema a seguir, añade un factor más a la ecuación.

Solemos hablar de evolución individual. Por ejemplo, los dichosos guepardos y gacelas del principio. Sin embargo, al asociarse, los animales añaden la evolución grupal. Aquellos núcleos que, no sólo tengan los mejores individuos, sino que gestionen mejor los recursos, serán los que tengan mayores probabilidades de perpetuarse. La pirotecnia evolutiva nos emboba cuando, a la propia genética del individuo se añaden otras virtudes, como la capacidad de sacrificio por el bien común.

Sirvan de ejemplo las manadas de lobos. Llegado el invierno, un lobo viejo o enfermo, tiende a abandonar la manada para no reducir las probabilidades de supervivencia de la misma. Igualmente, si presuntamente el legado genético de las crías es mejor que el propio, los elefantes crean un círculo alrededor de los miembros más jóvenes, protegiéndolos ante un ataque.

En los humanos, la gestión de los recursos va vinculada a la comunicación. Pequeños grupos, pero con un lenguaje desarrollado, crecerían y se reproducirían claramente mejor que otros. Puesto que el lenguaje (y con él, la capacidad de abstracción) está en relación directa con el cerebro, no es baladí compararlo con misiles paleolíticos en la carrera por la supervivencia. Es el grupo quien debe sobrevivir y crecer, y lo hará gracias a esos tres factores:

- Mayor capacidad de gestión de recursos.
- Mejor comunicación
- Capacidad de sacrificio y bien común.

Ahora, hablemos de pelis de zombis.

jueves, 8 de julio de 2010

Z de zombis

Repongo y corrijo la primera parte de un texto de febrero de 2009.


Día uno, 7:00 AM. ¿Por qué zombis, por qué?


“Me engañaron las pelis de serie B. 
Los muertos caminan al alba, y no al anochecer”





Uno se levanta por la mañana, se sumerge en el laberinto de túneles subterráneos de su ciudad y, como por arte de magia, aparece la palabra maldita en su mente: zombis.

Prolífico género cinematográfico, los zombis nos han acompañado casi desde Lumiere y los primeros cineastas. Existe una profunda fascinación por ellos, aunque quizá eclipsada por otros monstruitos con más suerte, monstruitos de moda en esta o aquella década. La ciencia acabó con Frankenstein, el SIDA con los vampiros, la ecología con los hombres lobo y el fin de la Guerra Fría, con los alienígenas. Quizá nunca en primer plano, pero al margen de tanta ida y venida, siempre han estado ahí los zombis, a la espera, dispuestos a alertarnos de nuestras propias fobias más cotidianas.

Yendo al grano, los zombis representan la última antítesis de la propia humanidad. Los zombis no tienen sentimientos, memoria, sociedad o necesidades más allá de alimentarse y, a su forma, reproducirse. Los zombis reúnen todo aquello contra lo que queremos luchar y todo aquello contra lo que tememos convertirnos. Encima son feos, hasta asquerosos. No hay lugar a la duda: zombi implica muerte, implica el tabú más insufrible.

El hecho de que los zombis reúnan todas las taras tiene un único objetivo: evitar que en ningún momento el espectador pueda sentirse identificado por ellos. En el cine de zombis el espectador no puede dejarse seducir por el morbo vampírico. Tampoco por el animalismo de los hombres lobo, ni por la incomprensión de Frankenstein. Ni siquiera la momia, con su amor eterno por su prometida y su tierra, puede salir peor parada que los zombis de cara al espectador.

Existe, por eso, otro motivo de peso: los zombis son legión. No existe el carisma individual, ni la individualidad siquiera. Ante una marea de zombis, uno sólo puede reafirmarse como individuo o dejarse matar para formar parte de esa misma marea gris. Pero el verdadero miedo, no es la marea en sí, sino su origen. Puesto que los zombis pueden variar de origen según convenga, he ahí uno de los secretos de su sobrenatural aguante a las modas.
En el período entreguerras, había dos temores indisolubles de la sociedad. Los avances científicos desataron toda una contracultura basada en el esoterismo. Era la época de la Golden Dawn, la ouija y el espiritismo. En definitiva, caldo de cultivo para un renacer de diferentes religiones animistas, exóticas, paganas y seductoras para una sociedad mutilada por la madre de todas las guerras. De entre tanta santería y chamanismo, destacó el vudú, auténtico furor entre aquellos que creían que Dios, y con él todos los valores afines, habían dejado al mundo de lado.
Esa misma guerra, también trajo una imagen nueva a la consciencia popular: la guerra de trincheras. Estar en un lugar, viendo venir un enemigo tras otro, indistinguibles, impasibles a la muerte de sus compañeros. Quedarse sin munición y pelear a brazo partido en un espacio claustrofóbico, entre el lodo, la disentería y los cadáveres, era lo más lejano a los cuentos de caballeros y espadas brillantes. La guerra de trincheras no entendía ni de honor ni de gloria, sólo de muerte. Matar, matar, matar y morir, y todo por nada. Pese a que la mitología árabe ya hablaba de zombis en la baja Edad Media*, bien podría decirse que los zombis ya estaban allí, pero aún no se habían visto tan de cerca.
La cosa aún evolucionó un poco. El vudú dio paso a una necromancia más sofisticada (Howard y Lovecraft tuvieron gran parte de culpa) y, finalmente, tras la Segunda Guerra Mundial, a la venganza per se. Llegó el momento en que los muertos se levantaban solamente para recordar a la humanidad que, si nuestra especie ya no valoraba el mundo donde vivía, ellos estarían ahí para heredarlo.
Luego llegó un nuevo giro. La medicina por un lado, con tanta investigación incomprensible y macabra (legado nazi); y la farmacia, por otro, nos han llegado hasta hoy como un miedo irracional sólo superado por el único ser por encima del hombre en la cadena alimentaria: los virus. Recientemente, y ya para acabar, la mezcla infame de todos estos elementos nos trae a los zombis de última generación: armas biológicas**
En resumen, esa capacidad de los muertos andantes de mutar su origen según la década; y su recreación como elementos totalmente opuestos a la humanidad hacen de ellos la más temible pesadilla ficticia a la que deba enfrentarse la humanidad. 

Su lugar en el imaginario colectivo está asegurado. Y el segundo capítulo de esta serie, también.
Manténgase alerta.



* De ahí la palabra ghoul, ‘necrófago’.
** BOW, en inglés. Cada vez más oiremos hablar de estas siglas.

domingo, 4 de julio de 2010

Aburrido el cuatro de julio

El 4 de julio de 1776 se firmó en el Independence Hall de Philadelphia la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, amparada por franceses, holandeses y españoles. Como lo de "holandeses" y "españoles" es muy largo de explicar y a lo mejor implica hablar de Fernando VII, todo quedó en "franceses buenos" e "ingleses malos". Los canadienses también estaban muy contentos hasta que se dieron cuenta que, no sólo no habían sido invitados, sino que los tiros seguían en su casa.


El 4 de julio de 1865 se publicó Alicia en el País de las Maravillas. Qué alegre coincidencia. El 5 de julio de 1811 se independizó Venezuela de España y el mismo día de 1962 se independizó Argelia de Francia; el 9 de julio de 1816, Argentina; el 10 de julio de 1973, las Bermudas del Reino Unido; el 3 de julio es el día de la liberación de Bielorrusia; el 1 de julio de 1962, Burundi se independiza de Bélgica...


El anterior párrafo, totalmente innecesario, sirve para indicar que no he encontrado demasiadas efemérides interesantes que coincidan con el 4 de julio. Muchas se le acercan. El resto, como el nacimiento de Koko, son meras anécdotas.


En Estados Unidos, cosa que incluye Alaska y Hawai, pero no Puerto Rico, se toman el Independence Day muy en serio. Es su fiesta patria y, además de espectáculos pirotécnicos y desfiles, numerosas modelos de segunda categoría (o tercera, o tu vecina, o la cajera del súper) aprovechan para hacerse fotos con bikinis de barras y estrellas o banderas de barras y estrellas o algo peor con barras y estrellas.
A ellos les debe chiflar una barbaridad, así que cuando bajes del avión en el aeropuerto de Dulles (el de Jungla de Cristal 2) y te pregunten "¿se va a reír de nuestras mujeres el 4 de julio?" debes contestar que "no". Si la pregunta fuera "¿viene a matar al presidente?" entonces podrías responder otra cosa.


A este lado del charco, salvo la actriz y bióloga Ana Obregón, el patriotismo se lleva por otras venas. Como el fútbol. A día de hoy, tras derrotar a diversas superpotencias futbolísticas como Paraguay, el fútbol es la forma máxima de patriotismo en territorio español (esto incluye Canarias, pero no Lloret de Mar, que es protectorado alemán)


La base de este requiebre antropológico se basa en que España no tiene día de la independencia, ni tampoco Cataluña, Galicia, Euskadi, La Rioja ni Baleares. 
De hecho, los catalanes celebramos el día nacional con una efeméride algo macabra (la derrota absoluta, creo que es algo único en el sistema solar) y quizá por eso las modelos catalanas son algo reacias a hacerse fotos como lo hacen las americanas.


Iba a decir que el equivalente de ese patriotismo americano son las chicas disfrazadas de futbolistas (las futbolistas de verdad no hacen esas cosas). Son todo un género fotográfico, potenciado por publicaciones culturales como el As y Maxi Tuning. En la imagen a continuación veremos además como fomentan la amistad con países lejanos:




Este patriotismo softcore o una de dos, o demuestra que en Estados Unidos están más avanzados en igualdad patriótica que aquí, o más bien al revés.


Por cierto, la Lógica y el Sentido Común se fueron de fiesta y esta mañana no se encontraban muy bien. A ver si para próximos artículos vuelven.

sábado, 3 de julio de 2010

S D I

Este será el segundo artículo de la trilogía de la Guerra Fría. Como podéis presuponer, el tercero acaba en Mordor. El primero era éste.

Si no habéis entendido nada, pero a cambio me habéis entregado toda vuestra atención, no os molestará que antes veamos un anuncio:



¡Fantástico! Así que la próxima vez que detone una bomba nuclear, ya sabéis lo que tenéis que hacer.

La doctrina sucesora de la MAD fue la SDI.

¿De verdad no preferís un artículo sobre Janine Habeck o Irina Sheik?

La doctrina sucesora de MAD fue SDI, creada por la administración Reagan en el 83. Y sí, es evidente que iniciativas infantiles como las de Samantita ponían seriamente en peligro la viabilidad de un proyecto de zillones de dólares. Todos recordaréis a la SDI por su nombre popular: la Guerra de las Galaxias.

Gracias a Samantha Smith (véase) vimos que los rusos y los americanos querían la paz, pero acumulaban un arsenal nuclear sólo por si acaso. La MAD original partía de la premisa de acumular tanto arsenal (en forma de ICBM, misiles de 5000 km de alcance) como fuera necesario para que el rival no pudiera contraatacar (first strike) tras ser atacado. Luego evolucionó con la aparición de los SSN SLBM-submarinos nucleares con misiles de largo alcance- y el B-52 Stratofortress*, un bombardero de alcance intercontinental. Es decir, que si te borraban del mapa seguías teniendo capacidad de respuesta (strike back), por lo que hacías que el otro se lo pensase dos veces antes de usar su first strike.

En ese ajedrez nadie salió herido, salvo los peones:  Afganistán, Angola, Camboya, Checoslovaquia, Panamá, la RDA, Vietnam...

La SDI, por lo tanto, buscaba anular el first strike enemigo o, si el percal lo había empezado tu bando, anular su strike back eliminando su capacidad de represalia. ¿Cómo? Pues cómo no. Con una red de satélites y rayos láser que destruyesen los ICBMs enemigos durante el vuelo, a la vez que tus B-52 daban caza a los SSN enemigos. Para eliminar a los súperbombarderos enemigos, nada mejor que los cazas supersónicos de geometría no variable, como los F-15**. Para saber quién es quién y dónde está cada uno, aparecen los aviones centinela AWACS*** y así estamos hablando de avioncitos hasta pasado mañana.

Lo gracioso de la SDI era que era sólo una idea de ciencia ficción que costaría 120 mil millones de dólares según un cálculo tirando a optimista. Se había diseñado teniendo en cuenta una tecnología que no existía y a la que luego difícilmente podría dársele un uso civil. Para hacerse una idea, los láseres ubicados en los satélites, para ser capaz de anular un ICBM en vuelo, debían generarse con tecnología nuclear, y hay quien dijo que eso sería muy útil si un meteorito atacaba la Tierra, siempre y cuando pudieras poner un motor nuclear en órbita (cosa no hecha ni a día de hoy).

En medio de todo eso (1987), un estudiante de la RFA llamado Matías Rust se las apañó para volar desde Finlandia hasta la Plaza Roja de Moscú, atravesando un espacio aéreo que se consideraba hasta entonces inexpugnable. Todo ello en una avioneta Cessna y gracias a una carambola de factores, empezando por que los cazas de intercepción rusos no recibieron orden alguna de abrir fuego y nadie se mojó para darla. Como el jefe de los rusos -perdón, soviéticos- por entonces (un tal Mijail Gorbachov) no estaba por la labor de iniciar la Tercera Guerra Mundial, sino más bien todo lo contrario, sólo tuvo a bien hacer dimitir el Ministro de Defensa, al jefe de la defensa antiaérea y a dos mil oficiales más en la mayor purga militar desde Stalin. Pese a lo que se dijo entonces, Matías no fue invisible a los radares ni llegó sin ser detectado. Aunque lo puso muy difícil, volando a baja altura y en un día festivo, lo que le salvó fue la suma de la indecisión y la sorpresa del ejército soviético. Pero coincidía que todos esos cargos despedidos eran de una forma u otra contrarios a la glasnost de Gorbachov. La conspiración habla de que Rust fue, simplemente, dejado pasar por el Kremlin, si no directamente "invitado". Las declaraciones de Rust "quería tender un puente..." reforzaban la ideología
reformista que años más tarde permitiría el derribo del Muro de Berlín.

De alguna forma, la que sea, la URSS estaba ya tocada. Había perdido la carrera espacial (no remontaría salvo con la MIR). Pero la verdadera paradoja de la SDI es que, debido a su precio e innecesariedad, fue sustituida por una versión light, de alcance regional, sin láseres, que a día de hoy se conoce como escudo antimisiles.

Esa versión local, compuesta por un grupo de radares vigías y misiles tierra-aire diseñados para atacar misiles enemigos, ya existía en Moscú desde la década de los 70. Y no existe constancia de que hubiera intención alguna de ampliarla a la exosfera.


*El equivalente ruso del B-52 era el Tu-95. Ambos eran obras maestras de la ingeniería bélica.
** El equivalente ruso del F-15 era el Mig-29.
No deben confundirse con el F-15 Strike Eagle y el Sukhoi-27, que son cazabombarderos y no cazas de intercepción.
***Los aviones AWACS más representativos son el Boeing E-3 y el Beriev A-50.

viernes, 2 de julio de 2010

Playa Palo

Mientras preparaba el futuro artículo sobre la Guerra Fría (a veces veo F117s...) me encontré con esta foto, con fecha de 1922 (mismo año en que Carter y Carnarvon encontraron la tumba de Tutankamón):

El tipo de la izquierda, "policía de playa", controla que los bañadores lleguen a menos de seis pulgadas (15 cm.) de la rodilla. La foto está tomada en alguna playa anónima de los EEUU, quizá la misma donde más adelante se rodaría Baywaych

Las siguientes dos imágenes, así veréis por dónde voy, son de la década de los 80:
A la izquierda, bañador de cintura alta (ella es Elle McPherson, con 23 años) y a la derecha un bikini-V. Sports Illustrated nunca ha sido una revista de tendencias (ni siquiera con aquellas fotos de Leticia Casta en Kenia) así que más o menos lo que se ve en la portada es lo que se llevaba por aquel entonces.

Los chicos, machos, hombres de a pro, vestían para los rituales playeros de apareamiento ( !!! ) de esta guisa:
Bañadorcillo tipo slip de spandex. Los de la foto son de la marca Speedo. Todavía se usaba el mismo bañador en la playa que en la piscina. Salvo en Marbella, en el resto del mundo ya estaba bien visto no presumir de pelamen en el torso, aunque ahí cada cual. Por estos lares, estábamos a lo Verano Azul.
Otra opción muy de la década eran los pantalones tipo Meyba, que se actualizarían en los 90 (e-vi-den-te-men-te es una barbaridad generalizar así las décadas y las playas, pero yo sé que no os apetecen muchos matices)
Ahí el daño ya estaba hecho. Se balcanizó el mundo del bañador masculino: o playa o piscina. La ola de estética surfera empezó a tsunamizar las playas y los bañadores de chico empezaron a alargaaarse.
Al final, la catástrofe (David Beckham, a la derecha) en forma de calzoncillo debajo de bañador por debajo de la rodilla por debajo de la sensatez. Existen varias teorías sobre el porqué de semejante absordidez, aunque todas parecen tener algo que ver con la reafirmación de la masculinidad, los genitales o ambas cosas a la vez. O lo que es lo mismo, el rechazo a uno mismo, la sumisión a un canon de belleza despótico y la decadencia del espirógrafo.

Lo del espirógrafo viene a cuento. Es un juguete fantástico para enseñar matemática fractal. Pero sacar buenas notas y aspirar a ser astrónomo no es una buena tarjeta de presentación para un adolescente. El chaval que planea ligar en la playa (el Santo Grial de la pubertad) debe consolidar su imagen de machote-dotado-engreído, y eso sólo se consigue burlándose del gordito del grupo o creando una vana asociación de ideas entre el tamaño de su bañador y el de su pene. En cualquier caso, un desastre mayúsculo (o minúsculo, según sea el caso)

Al final, la playa, que es uno de los más preciados derechos civiles de las democracias modernas, ha vuelto a transformarse en el campo de batalla de las clases y los estatus. 
Pero todos sabemos cómo debería realmente disfrutarse. 




Para acabar, os dejo unas curiosidades y unas palabras finales. 






Primero, otra foto de Elle, pero en este caso con una idea (bañador topless+camiseta) que nunca cuajó (dudo que alguien lo intentase)





Segundo, fotos de una playa nipona, donde el minikini ha encontrado su lugar (será por la influencia del hentai, supongo...)







Y finalmente, otra atrevida propuesta de traje de baño
(¿Por qué los diseñadores de swimwear masculino no osan nunca a nada?) complementada con un pareíto de la misma tela. Quizá no llegue a nada serio en el mundo real, pero desde Albedrío agradecemos todo tipo de albedriadas de este calibre.



Barcelona, Sitges y Salou encabezan la lista de ciudades catalanas que han abierto la veda al "incivismo" y recomiendan a sus turistas vestir camiseta por la calle. Por otro lado, Barcelona y El Vendrell (al ladito de Salou) vetan burkas y similares en espacios públicos. Seguro que desde un punto de vista conservador, es una idea fantástica. A mi me parece renunciar a demasiado, pero como he conseguido acabar el artículo sin disertar sobre el efebismo y el esnobismo imperante en el mundo de la moda, ya me doy por satisfecho.

Muchas gracias por la atención.