sábado, 3 de julio de 2010

S D I

Este será el segundo artículo de la trilogía de la Guerra Fría. Como podéis presuponer, el tercero acaba en Mordor. El primero era éste.

Si no habéis entendido nada, pero a cambio me habéis entregado toda vuestra atención, no os molestará que antes veamos un anuncio:



¡Fantástico! Así que la próxima vez que detone una bomba nuclear, ya sabéis lo que tenéis que hacer.

La doctrina sucesora de la MAD fue la SDI.

¿De verdad no preferís un artículo sobre Janine Habeck o Irina Sheik?

La doctrina sucesora de MAD fue SDI, creada por la administración Reagan en el 83. Y sí, es evidente que iniciativas infantiles como las de Samantita ponían seriamente en peligro la viabilidad de un proyecto de zillones de dólares. Todos recordaréis a la SDI por su nombre popular: la Guerra de las Galaxias.

Gracias a Samantha Smith (véase) vimos que los rusos y los americanos querían la paz, pero acumulaban un arsenal nuclear sólo por si acaso. La MAD original partía de la premisa de acumular tanto arsenal (en forma de ICBM, misiles de 5000 km de alcance) como fuera necesario para que el rival no pudiera contraatacar (first strike) tras ser atacado. Luego evolucionó con la aparición de los SSN SLBM-submarinos nucleares con misiles de largo alcance- y el B-52 Stratofortress*, un bombardero de alcance intercontinental. Es decir, que si te borraban del mapa seguías teniendo capacidad de respuesta (strike back), por lo que hacías que el otro se lo pensase dos veces antes de usar su first strike.

En ese ajedrez nadie salió herido, salvo los peones:  Afganistán, Angola, Camboya, Checoslovaquia, Panamá, la RDA, Vietnam...

La SDI, por lo tanto, buscaba anular el first strike enemigo o, si el percal lo había empezado tu bando, anular su strike back eliminando su capacidad de represalia. ¿Cómo? Pues cómo no. Con una red de satélites y rayos láser que destruyesen los ICBMs enemigos durante el vuelo, a la vez que tus B-52 daban caza a los SSN enemigos. Para eliminar a los súperbombarderos enemigos, nada mejor que los cazas supersónicos de geometría no variable, como los F-15**. Para saber quién es quién y dónde está cada uno, aparecen los aviones centinela AWACS*** y así estamos hablando de avioncitos hasta pasado mañana.

Lo gracioso de la SDI era que era sólo una idea de ciencia ficción que costaría 120 mil millones de dólares según un cálculo tirando a optimista. Se había diseñado teniendo en cuenta una tecnología que no existía y a la que luego difícilmente podría dársele un uso civil. Para hacerse una idea, los láseres ubicados en los satélites, para ser capaz de anular un ICBM en vuelo, debían generarse con tecnología nuclear, y hay quien dijo que eso sería muy útil si un meteorito atacaba la Tierra, siempre y cuando pudieras poner un motor nuclear en órbita (cosa no hecha ni a día de hoy).

En medio de todo eso (1987), un estudiante de la RFA llamado Matías Rust se las apañó para volar desde Finlandia hasta la Plaza Roja de Moscú, atravesando un espacio aéreo que se consideraba hasta entonces inexpugnable. Todo ello en una avioneta Cessna y gracias a una carambola de factores, empezando por que los cazas de intercepción rusos no recibieron orden alguna de abrir fuego y nadie se mojó para darla. Como el jefe de los rusos -perdón, soviéticos- por entonces (un tal Mijail Gorbachov) no estaba por la labor de iniciar la Tercera Guerra Mundial, sino más bien todo lo contrario, sólo tuvo a bien hacer dimitir el Ministro de Defensa, al jefe de la defensa antiaérea y a dos mil oficiales más en la mayor purga militar desde Stalin. Pese a lo que se dijo entonces, Matías no fue invisible a los radares ni llegó sin ser detectado. Aunque lo puso muy difícil, volando a baja altura y en un día festivo, lo que le salvó fue la suma de la indecisión y la sorpresa del ejército soviético. Pero coincidía que todos esos cargos despedidos eran de una forma u otra contrarios a la glasnost de Gorbachov. La conspiración habla de que Rust fue, simplemente, dejado pasar por el Kremlin, si no directamente "invitado". Las declaraciones de Rust "quería tender un puente..." reforzaban la ideología
reformista que años más tarde permitiría el derribo del Muro de Berlín.

De alguna forma, la que sea, la URSS estaba ya tocada. Había perdido la carrera espacial (no remontaría salvo con la MIR). Pero la verdadera paradoja de la SDI es que, debido a su precio e innecesariedad, fue sustituida por una versión light, de alcance regional, sin láseres, que a día de hoy se conoce como escudo antimisiles.

Esa versión local, compuesta por un grupo de radares vigías y misiles tierra-aire diseñados para atacar misiles enemigos, ya existía en Moscú desde la década de los 70. Y no existe constancia de que hubiera intención alguna de ampliarla a la exosfera.


*El equivalente ruso del B-52 era el Tu-95. Ambos eran obras maestras de la ingeniería bélica.
** El equivalente ruso del F-15 era el Mig-29.
No deben confundirse con el F-15 Strike Eagle y el Sukhoi-27, que son cazabombarderos y no cazas de intercepción.
***Los aviones AWACS más representativos son el Boeing E-3 y el Beriev A-50.

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