miércoles, 14 de julio de 2010

Z de zombis II

Día uno, 23:15 PM. ¿Por qué yo, por qué?

"No sé si te has dado cuenta, pero hay gente comiéndose unos a otros"
Salazar, en Day of the Dead.

Vale. El brote zombi ha estallado. Como ya sabemos del anterior post, los zombis han variado su origen a lo largo de su historia, pero apenas su conducta. A lo mucho, últimamente parecen más rápidos, pero a causa de la evolución del lenguaje visual y como reflejo de los tiempos modernos. Para adaptarse, en cambio, los vampirillos, hombres lobos y demás han tenido que reinventar su conducta o, a lo sumo, regresar a sus leyendas originales. El zombi, como símbolo, sigue impasible.

Pero si tenemos a una legión de zombis ahí fuera ¿a quién tenemos dentro? ¿Quién merece la atención del guión?

La respuesta es rotunda: arquetipos. De personalidad, de conducta, para ser exactos. Los estereotipos estéticos no están nada bien valorados (vaya, mueren rápido). Lo que interesa son aquellos personajes, cuanto más prosaicos mejor, con conductas latentes marcadas.

Esas personalidades, esos personajes, llevados a una situación límite...
Sí, una invasión zombi es una situación límite.
...Llevados a una situación límite esos caracteres tácitos en el día a día pasan al paroxismo de sí mismos. Se radicalizan. El bondadoso pasa a ser pío; el huraño, mezquino; el valeroso, heroico; el osado, suicida; el despistado, imprudente...
Cada uno de esos roles extremos jugará una función a lo largo de la peli. En un principio no hay papeles buenos y malos, aunque la justicia poética estará muy atenta. La mezcolanza e interactuación de esos papeles dará pie a situaciones terciarias que propiciará todavía más la segregación de los personajes.

He ahí el ensayo de una buena peli de zombis: el cóctel de esos personajes, aparentemente mundanos, llevados al límite. Desarrollemos este punto crucial.
Propongo, que no pospongo, el siguiente ejercicio mental: 
- Escoge a los cinco amigos que te llevarías a una isla desierta.
- Destaca los adjetivos que mejor describa a cada miembro del grupo. 
- (Es un simulacro, pero no digas nada) ¡Invasión zombi!
- De la lista anterior, eleva cada adjetivo a su superlativo.
- Imagina que empezáis a escasear de recursos. Las cosas no van bien -nunca lo van.
- Tú, que eres el líder*, decide quien va a "morir" primero. Debes asumir si lo has escogido por tirria o pragmatismo. ¿Qué aportaba al grupo? ¿En qué lo lastraba?
- Las cosas empeoran. Siempre empeoran.
- De los que quedan, uno opta por sacrificarse para hacer ganar tiempo a los demás. ¿Quién? ¿Sale a cuenta?
- Ahora la parte realmente difícil. Entre los que quedáis, ha de perecer otro, y ahora tú también estás en el bombo. Puesto que ya la han diñado dos, se te pone en entredicho. Defiende tu supervivencia.

Al final sólo quedáis dos. No hace falta seguir el juego, ya está bien. Debes entender que ese ejercicio se basa sólo en la conducta y en la personalidad, o más concretamente en tu percepción de su conducta y en la imagen que tengas de la tuya. Hay varios juegos más de este tipo (y bastante más divertidos y menos macabros) que son de gran utilidad en RRHH. Ya los veremos más adelante si os apetece.

La esencia del tema, si has sido franco (por la gracia de dios), es que tu amiguito "leal" tiene todos los números para ser el "sacrificado". El "reservado" o "introspectivo" pasará rápidamente a individualista y superviviente; el "dominante" a dictador y así sucesivamente. Conste las veces que hagan falta que sólo hablamos de conductas. Las competencias y talentos son otra historia, quizá para Z de zombis 3 ó 4...

El interés por el desenlace de los personajes nacerá de la radicalización de su conducta y de su relación con las demás. Pese a que en algún momento el grupo adopte una postura común, una conducta consensuada, nuevas amenazas (¿no hay munición?) volverán a provocar conflictos entre ellos. Simple y llanamente, el grupo perdurará si la relación y comunicación entre los personajes es fluida y armónica. Al margen de los intereses personales (sobrevivir, por ejemplo) se realza que ciertas actitudes toleradas o potenciadas por la realidad rutinaria son del todo inapropiadas en un entorno hostil (u hostil de remate, ya puestos)

En la práctica, como visionadores de pelis de zombis, no le cojáis cariño a ningún personaje. La moraleja suele ser bastante desastrosa. Pero probad de identificaros con algún personaje o, como mínimo, con su arquetipo de conducta. Quizá, en una situación como la planteada no fueras tan simpático (que pasa a falso cabrón aprovechado o peor aún, a tontamente generoso) ni tan valiente (futuro zombi, sin más).

"Yo era la discreta y pasé a prescindible"




Uno que no escogió bien a sus "amigos"




*Sobre el liderazgo hablaremos largo y tendido en algún post futuro que no tendrá nada que ver con zombis.

1 comentario:

  1. En el fondo lo que planteas es debido al metraje que se les da a estas películas y como quieren ser de consumo rápido no permiten muchas "virguerías". Hoy en día, en el cine "comercial" ¿cuántos papeles profundos encontraríamos?

    Mientras describías el proceso de los cinco en la isla me has traído a la memoria The lord of the flies (que hay vida más allá de ser Lostie). Cualquier situación extrema comporta que todo se decante hacia los extremos.

    Muy interesante el cuadro.

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