Sin alabar las virtudes cinematográficas del citado director (ni las literarias del escritor, por supuesto), permítanme dedicar el presente artículo a esa fascinante y desconocida figura que es el buscador de libros.
He aquí la figura clásica de buscador de libros o arqueobibliófilo
y la evolución pérez-revertiana del mismo:
Pero, como siempre, existe una verdad oculta que la Humanidad no puede conocer. Cuando Guillermo de Baskerville, allá en el siglo XIV, defendía que la mujer posee alma y por lo tanto, puede leer las sagradas escrituras, sabía muy bien a qué se refería. Él también fue un gran buscador de libros, y seguramente entabló contacto con alguna buscadora de libros de la época, suponiendo que no fuese iniciado en el oficio directamente por una.
Porque esa es la gran verdad del asunto. Las buscadoras de libros también existen, y están entre nosotros. La tradición se remonta, como pronto, a la época salomónica, cuando la Reina de Saba visitó Jerusalén para comprobar in situ el estado de las Tablas de Moisés.
Cleopatra VII defendió la obra de Plutarco de Queronea ferozmente. Posteriormente, Hypatia de Alejandría luchó por salvar los restos de la biblioteca pública local (véase esta fidedigna reproducción de los hechos) y no fue casualidad que Leonor de Aquitania enseñase a sus hijos idiomas y acompañase a su marido, Luis VII, a la 2ª Cruzada, pasando por Antioquía y Kerak, fortalezas templarias.
La historia sigue por sus derroteros campo a través hasta llegar a la era contemporánea. Las quemas de libros de la Alemania nazi, las purgas en la Rusia estalinista y la Revolución Cultural china fueron escenario del trabajo de los mejores y más osados buscadores de libros. Sin embargo, si papel de los buscadores de libros era ya desconocido, el de las féminas dedicadas a tal oficio siguió en la más oscura de las sombras.
Un oficio que nunca ha dejado de ser tan peligroso como fascinante. A todo el repertorio clásico de problemas asociados a buscar algo que no quiere ser encontrado o a encontrar algo que no debe ser buscado (véase alteraciones del espacio tiempo, veneno, falsificaciones, secuaces que te quieren matar y villanos megalómanos) habrá que añadir la siempre difícil lidia con los elementos naturales (gusanos comelibros gigantes, ratas radioactivas, murciélagos asesinos, moho carnívoro y lluvia intensa con vientos de componente norte)
Durante la exhausta y rigurosa investigación llevada a cabo para el presente artículo, cuyo único fin es descubrir la verdad, darme fama mundial e irme a hacer la comida, tuve la ocasión de conocer a tres de esas buscadoras de libros. He aquí sus historias:
El personaje de Lara Croft está inspirado en Lady Lara Arianne Carnarvon -descendiente de George Edward Stanhope Molyneux Herbert, quinto conde de Carnarvon. En la imagen adjunta, durante su expedición a Nicaragua en busca del Códice Petroglífico del Barbecho Astral Maya, escondido en el siglo XVI en un laberinto subterráneo para salvarlo del inquisidor Diego de Landa.
También se le atribuye el rescate en Karnak de los anexos Tercero y Cuarto del Libro de los Muertos; y del incunable de El Quijote de Avellaneda en las criptas de El Escorial (donde se especula sobre la homosexualidad de doña Dulcinea del Toboso) entre otros.
Más desconocida para el gran público es Sophie Elvira Vladimirovich. Tiene un talento innato para los problemas y una mochila con forma de oso de peluche llena de soluciones.
Halló la única copia existente de "Estrategia Lapidaria", la ignota obra maestra de Santiago Ramón y Cajal (véase el capítulo XIV de su autobiografía) y ello le costó una persecución a vida o muerte por parte del Mossad israelí, que intentaba evitar que Hamás tuviera conocimiento de la existencia del libro.
Gran conocedora de la literatura del Este, consiguió salvar el manuscrito con el final auténtico de "Anna Karenina" de las garras del SVR ruso (antiguo KGB). También le valió otra persecución hollywoodiense, esta vez de nuevo con los israelíes, con mucho bangbang y bumbum, una edición sin publicar de "Die Verwandlung", donde Samsa es un erizo rosa de dos metros y pico de alto y tiene pensamientos sionistas.
A día de hoy se sospecha que ronda por el Cáucaso, aunque se desconocen sus objetivos allí. Pero si la encuentra y la reconoce, quizá pueda contratarla.
La tercera en liza es una filóloga catalana, María Hernández (podría ser un alias) que ya se apunta el éxito de recuperar poemas inéditos de Francisco de Quevedo tras una búsqueda de infarto en la ciudad portuguesa de Évora. Allí tuvo que vérselas con Illuminatti, Tenebratti, Descerebratti y una secta lusa de forofos de Góngora ataviados con folclóricos trajes de época y armados con alabardas. Os adjunto un retrato robot gentileza del BOPE.
Al regresar tuvo su minuto y medio de gloria (véase allí, allá, acullá y, sobre todo, aquí), aunque podéis comprobar que la historia ha sido algo retocada por los medios.
Ya sabéis como funciona todo esto: la Humanidad no debe saber según qué cosas.
Pero vosotros ya sabéis la verdad. Las buscadoras de libros existen.
...Y quizá estén acechando algo que tenéis en vuestra estantería...
Absolutament genial! Quin fart de riure jojojo
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ResponderEliminarPietro, no juegue con fuego o se las verá con la mafia. Coja el avión que le indicaré en el correo ultrasecreto que se autodestruirá.
ResponderEliminarNos vemos en Tombuctú, en la próxima misión.
(Versión ortografiada del comentario anterior, escrito como sandez-paranoico-crítica)
¿Eso es que te pusiste nerviosa?
ResponderEliminarEn breve habrá un nuevo artículo de váyase-usted-a-saber-qué, para variar de tema, no sea que haya que lamentar más víctimas ortográficas.
Scrive un nwebo poss, ¡te lo rruego! ¡necessito passar pàjina! Desde que me cronificaste me passan cosas extranyas, rrecivo correos de acosadores i scrivo con faltas de ortografìa.
ResponderEliminarTienes amigas feministas. Quiero decir... Aún tienes amigas?
ResponderEliminarEspero que ahora habrás decubierto que todo es una conspiración de la DGT.
ResponderEliminarQuizá ha llegado el momento de disfrazarme de libro en estantería y descubrir la oculta verdad...
Gracias por hacer de mi espera en un cliente (encima en lunes) un rato agradable de vaciladas y risoterapia. Seguiré esperando...
ResponderEliminarY a los buscadores, hay enormes tesoros escondidos en ex-paradas de fruta en el interior de los mercados municipales. Si saben lo que són claro...