martes, 13 de abril de 2010

Keynes y Messi

Keynes, a quien algunos consideran algo así como el hermano gemelo malvado de Marx, planteó en su momento ciertas reticencias sobre la economía a largo plazo. De hecho, una de sus citas más famosas, concluye así: “El largo plazo es una guía falaz para los asuntos vigentes. A largo plazo, todos estaremos muertos”.

Muy bien. Hablemos a corto plazo, por si acaso, amparados por otra cita del ilustre economista: “No hay mal en equivocarse a veces, especialmente si uno se entera al momento

Imagínese usted empresario. Un gran empresario. Tan grande, que incluso posee e inculca valores éticos a sus acciones. Preocupado por el medio ambiente, por eso no come carne de ballena; preocupado por los trabajadores esclavos malayos, por lo que no come trabajadores esclavos malayos;  y preocupado por la capa de ozono por lo que, obviamente, no se come el espray desodorante. O algo así.
Ahora especulemos sobre la llegada a su oficina de un subordinado con título pomposo: director  superior de recursos humanos. Ese sujeto le indica que uno de sus trabajadores de base, de origen inmigrante y escasos estudios, pero leal a la empresa, es tremendamente eficaz. Tanto que, si se le integrase en uno de los proyectos estrella de la compañía, haría aumentar los beneficios a cuotas estratosféricas. Además, como valor añadido, mejoraría la imagen internacional y, no contento con eso, explotaría nuevas visiones del negocio y revisaría las leyes de mercado sobre el producto a vender, colocando a la empresa en la punta de lanza de la innovación y la creatividad.
Usted, como empresario, lo normal es que sea reticente a ciertos cambios. ¿Apostar por alguien tan joven? Además hay una pega: ese trabajador solicita un salario de ocho millones y medio de euros al año. Si no se accede a su demanda, seguirá haciendo su mismo trabajo robótico con su sueldo actual.
- ¿Pero es que no lo ve? – le dice su asesor – no solamente nos hará ganar diez veces más de lo que nos pide, ¡si no que cada día que pasa estamos perdiendo dinero y prestigio por no ascenderlo a ese puesto!
- Pero ocho millones y medio anuales es mucho dinero. No es que no los tenga, es que nadie debería ganar tanto – podría responder usted.

Después de encontrar las siete diferencias y de revisar el título, quizá el lector haya entrevisto que lo que ha leído es una fabulación de Messi. Será que últimamente me he encontrado una y otra vez con la misma conversación tabernácula: Messi es el mejor del mundo (añádase blablablá), sí. Pero ¿debe alguien ganar ocho millones y medio al año?

La respuesta, muy señores míos, es sí. Sí, pero cuidadín. Antes de caer en el cálculo de cuántas escuelas para huérfanos pueden inaugurarse en Mozambique con ese dinero, regresemos a la premisa inicial: Messi hace ganar muchísimo dinero a su empresa. Messi otorga mucho prestigio a su empresa. Messi hace que su empresa sea moderna por el hecho de haber apostado por él. Y Messi está sentando las bases del producto venidero y colocando a su empresa como ejemplo a seguir. Ésos son sus goles más valiosos.

Sin embargo, a la plebe le sigue pareciendo demasiado dinero. ¿Por qué?

Porque los mecánicos, los informáticos, los trabajadores sociales, los teleoperadores, los profesores, los camareros, los aparejadores y los dependientes, más todos aquellos trabajadores fijos-discontinuos-a tiempo parcial-no cualificados y todos aquellos que faltan en la lista de gente de habla de estas cosas en los bares, también hacen ganar mucho dinero, prestigio y creatividad a las empresas donde trabajan. Pero apenas –si llegan- ganan ocho cientos o novecientos euros al mes (diez mil al año, si llega).

Messi cobra lo que debe cobrar, en proporción al beneficio que otorga.
Somos los demás los que cobramos demasiado poco.
Demasiado poco.

La Economía es una ciencia muy peligrosa” John Maynard Keynes.

3 comentarios:

  1. El problema es que la empresa de Messi no revierte en el bien común. Por más justo que sea el sueldo de Messi respecto a lo que gana el Barça, seguirá siendo injusto el dinero que mueve la empresa-Barça respecto al que se mueve en otros proyectos, como las escuelas de Mozambique. Jugando al mismo juegO: ¿cuántos Messi de las más diversas áreas humanas podrían aparecer de la educación de miles de niños de cualquier país? Y lo digo sin resquemor al Barça ni a Messi, que uno es culé a escondidas y verd-i-negre de corazón :P

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  2. Sí. Es evidente que hay un buen puñado de Mozarts esperando en África, seguramente en Mozambique.

    Pero como tú dices, el conflicto aquí lo pone Barça S.A. y yendo algo más allá, la tonelada de recursos que mueve, remueve y obtiene como empresa. Todo ese líquido, fruto de los excedentes hipertrofiados de la sociedad moderna desarrollada, sí podría dedicarse ya no a escuelas de fútbol para perpetuar el negocio, sino a escuelas y punto, para buscar además de Mozarts, Santiagos Ramón y Cajales, De La Ciervas y Monturioles.

    Pero para ello, un Monturiol del futuro debería ganar como Messi. Quizá Messi sí gane lo que deba al fin y al cabo, y será ese futuro Monturiol quien no ganaría lo que debiese.

    Es decir, que lo que debería crearse (¡utopía va!) es un "Barça" de las ciencias, artes o letras, y eso pasa porque éstas tuvieran la misma consideración en la sociedad que los futbolistas y fueran capaces de mover, remover y obtener las mismas cantidades. ¿Quién se apunta a la final Barça-Bayern de medicina a ver quién encuentra la cura de la hepatitis-C?

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  3. Per què els assalariats multimilionaris són treballadors d'aspectes "lúdics"?

    D'acord, la sentència anterior és una fal·làcia, però tampoc dista tant de la realitat si obviem els grans directius de les grans empreses (els que mai perdrien els seus privilegis passi el que passi al món).

    El problema és si els sous són dignes referents al tipus de feina que fa cada persona.

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