Las cosas bonitas no se llaman así

Tóquense las narices y agárrense a las butacas, porque aún quedan cosas bonitas en el mundo. Y a puñados.

Sonaba por casa una versión enlatada de "Nothing else matters", hecha por Apocalyptica, ya sabéis, esos que tocan el violoncello, y a uno le da, a solas, por hacer de Nureyev por el comedor. Entonces surge la osadía de plantearse que aún quedan cosas bonitas en el mundo.

Claro, pero "bonita" es una palabra cursi, de mala rima y, además, demodé. ¿Debería acaso decir, entonces, "guay"? ¿"molón"? ¿"tremebundo", "fantabuloso" o "emperifollador"? Jo.

Pero entonces, las cosas bonitas ya no son bonitas. Porque hay que ser muy valiente para decir que algo es bonito, y decirlo en serio. Oh sí, decir "oh qué bonito" con cara de pitorreo y sarcasmo lo sabemos hacer todos. Pero haga usted la prueba: busque algo bonito y diga "qué bonito". Con convicción. Transmita el legítimo sentido de la palabra al objeto. Concéntrese en por qué es bonito y por qué merece realmente que se le llame así. Al cabo de un rato, quizá llegue a la alarmante conclusión de que como ya nada es "bonito" de veras, porque ya nada nos merece que deba adjetivarse así, el mundo es una mierda mayúscula. A lo mejor, de aquí un millón de años, los humanos volvemos a braquiar por los árboles (peligrosa premisa, debe haber árboles para braquiar) y será fácil decir que una fruta madura es bonita. Quizá consigamos eso a costa de que cueste decir que algo es feo (+ "de cojones", normalmente) con la seguridad que gastamos hoy en día.

En algún momento del pasado párrafo tenía que echarle la culpa a Neruda de algo, pero no recuerdo el qué. Si me sale, os lo diré.

Si es que nos chifla poner a parir cosas. Mirad a Britney Spears. Ya no es tan guapa, canta -si canta- de cualquier manera, es comercial, alcohólica, ahora baila así asá, lleva peluca, dijo que votaría a Bush Jr y se crió en el Club Disney. Sus canciones son pegadizas como un manguerazo de cocacola y despidió a su estilista por intentar evitar que se enfundase un corsé en una gala de la MTV. Y lo que me dejo. Un desastre de moza, vaya. La verdad, no entiendo por qué la plebe no la lapida ya de una vez, si tanto les molesta. Pues yo lo explico, allá voy: resulta que la sociedad ne-ce-si-ta basura humana de este tipo. Mejor dicho, ne-ce-si-ta calificar a ciertos elementos como basura humana para regocijarse, para verla rebozada en "acabado crujiente del Coronel KFC" y vanagloriarse de su vida diaria al amparo de esos ídolos de pies de barro caídos, porque los ricos también lloran y a ver si con suerte alguien le prende fuego a la casa de la pradera.

Sé que no he dicho nada nuevo. Así que lo voy a mejorar. "¿Qué le dice el pollo al pato?" "lo que tú haces con la pata, lo hago yo con la..."

Ah, que no tiene nada que ver. Bueno, es que el tema estaba ya dado de sí. A cambio, os deseo unas buenas noches. Campanilla le dijo a Peter "piensa en algo bonito y podrás volar". Como el metro, de momento, no nos lleva a Nunca Jamás (¿pròxima parada?), soñad con cosas bonitas para así volar, aunque por sea dentro.