martes, 22 de junio de 2010

El Santo Oficio

En los DNIs antiguos, había un apartado al reverso que indicaba sin reparos el "oficio". La imagen de la derecha es un DNI del protectorado saharaui, pero también sirve y además es una curiosidad. 

Aquello tenía dos taras. Una, que era una invasión a la intimidad y daba pie a cosas como "profesión liberal", "sus labores" (el S.L. de la imagen), "jornalero" y "sacerdote".
Dos, que a ver quién se aclara. Dígale usted a la funcionaria, por ejemplo, que estudió derecho porque su papá se lo dijo, pero que le gusta pintar aunque ahora trabaja ayudando a mamá en la pescadería del mercado.

Había un caso habitual que era el de "estudiante". ¿Estudiante de qué? ¿Bachiller, diplomatura? ¿Estudiante a gusto o a disgusto? ¿Reglado y homologado o de los otros?

En la película "300", hay un momento en que se encuentran espartanos y arcadios camino de las Termópilas. Leónidas, bravucón, se gira a los suyos y clama "¿cual es vuestro oficio?" y ellos responden "¡ju, ju, ju!". Ello no dice mucho del bagaje cultural de los hoplitas, pero sí de esa autoestima adquirida al saber cual es el lugar de uno y qué espera la sociedad de él.

La espartana de la derecha es un craso capricho de un servidor.

Algunas profesiones también tienen sus gajes, por ejemplo los biólogos. Si bien todo quisque conoce la función de un espeleógrafo o un etimólogo, los biólogos lo tienen algo más difícil para explicarse, a no ser que trabajen para un veterinario o investiguen cosas suyas.

¿Y los funcionarios? ¿Son, a día de hoy, de profesión "funcionario"?
Si quieres jugarte la vida en un examen ¿no sería mejor optar al cinturón negro de karate shotokan?

Me pregunto cual es mi oficio. También me pregunto cual debería ser, o cual querría que fuese, o cual hubiere querido que fuera.

De pequeño quería ser astronauta (joé Pedro, qué pesado eres con eso), así que ahorraos la preguntucha esa de "¿de pequeño qué querías ser? todo es posible si te esfuerzas..."

De hecho, ya lo tengo visto (por ejemplo, aquí, 200000$ del ala, pero eso es hacer turismo) Pero no me convalida el transbordo con la T-10. Así que toca enviar un CV a la NASA, aquí

De hecho, creo mi verdadera vocación es la filantropía. Aunque a veces la vida te da retortijones, parece que hay un buen mercado para los filántropos.

Luego viene el tema de especializarse. Parece lo más difícil, pero ya lo tengo decidido: filántropo emocional. Donaré generosas sumas de dinero para invertir en emociones ajenas. Claro, que al revés tampoco es un mal invento. Invertir generosas emocionas para que donen sumas de dinero ajenas. Está bien tener un enfoque bidireccional, aunque según se plantee podría acabar de comercial de OXFAM delante de el Corte Inglés (¿tiene un minuto para salvar Ruanda?)

No desvariemos. No tengo oficio. Me consuela saber que muchos de vosotros sí. Y yo, a cambio, sé hacer cosas. Sí, sí, cosas. No confundir con cosas de esas, las que se tocan. Me refiero a cosas de veras, intangibles e invisibles. Cosas tan importantes que nadie osó ponerles nombre ni agremiarlas. Cosas.

Eso me hace sentir bien y no debería molestar a nadie. 
Y quizá ese sea el gran objetivo: sentirse bien trabajando y ganarte unos duros sin hacer mal a nadie. 

Es difícil. Pero debe estar ahí fuera, en algún lugar.

La próxima vez que me pregunten "¿de qué estás buscando?" diré "busco un trabajo que me encuentre a mí". Que no os suene a vago, por favor. La idea es alejarse -huir- del "cualquier cosa".

Porque no se trata de trabajar de cualquier cosa. Se trata de buscar ese momento, esa revelación, en que uno mejorará y hará mejorar a quienes le rodean. Escalar la pirámide de Maslow y desde allí tender cuerdas a quien quiera aferrarse. Romper unos cuantos techos de cristal por el camino. Extinguir dinosaurios.

En la Edad Media, a los aprendices los molían a palos, les daban pan duro para comer y un jergón maloliente para dormir. En el siglo XXI, a los becarios no les dan ni eso. Posteriormente, la Revolución Industrial trajo la gran novedad de la mano de obra no calificada en serie. Y luego apareció la palabra mágica: El Sistema.

Uno no está atrapado en El Sistema. Está perdido en él. Un triste electrón errante en un mar de gases nobles. 

También está el tema del dinero. Eso sí que lo complica todo. Lo demás, sólo es ponerse.


3 comentarios:

  1. "Si no me encuentras enseguida, no te desanimes, si no estoy en aquel sitio, búscame en otro. Te espero, en algún sitio estoy esperándote."
    Walt Whitman.

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  2. ¿Por qué cuando nos preguntan que nos definan o que hablemos de uno mismo lo primeros que decimos es nuestro trabajo? Más significativo cuando tanta gente despotrica de sus respectivos oficios.

    Aquella línia en el DNI era, cuando menos, curiosa.

    Al leer las posibles variantes, estilo "profesión liberal" (para cuáles?). También se hubiese puesto, con cierta libertad como hoy en día, ¿"mujer de vida alegre ó mujer que fuma y trata de tú"? Además, hoy en día que se estiló el cambio de los nombres de profesiones debido a que alguien consideró que eran "poco dignos", estilo dejar de ser barrendero para ser "técnico especialista en limpieza e higiene urbana", se hubiesen necesitado unos carnets (lo siento, me cuesta todavía escribir carnés) de tamaño superior a aquellos.

    Y no olvidemos la eterna pregunta, ¿y en el de Franco qué estaba escrito: "Caudillo de España por la Gracia de Dios"? Claro que también nos podíamos preguntar y ahora ¿en el de Julián Muñoz habría pasado de Alcalde de Marbella a chorizo?

    Continuando con vuestras disquisiciones me agrada que haya nombrado al colectivo de licenciados en Ciencias Biológicas. No obviemos que la Biología, ciencia de la vida, no ha sido capaz de definir qué es la vida sino "sólo" llegar a un consenso para definir que se supone que es, a día de hoy, un ser vivo. Y lo que es más grave: cuando uno dice que es biológo la siguiente pregunta es "¿Y eso para qué sirve?" "Y tú, ¿qué haces?"

    Ah sí, ¿y si te quedabas en paro debías ir a cambiar el DNI?

    Y ente momento debo reconocer que dos ideas me han parecido sublimes: la filantropía emocional y el hecho que las "cosas" no tienen nombre porqué de tan importantes nadie se los puso. Esto último me hace pensar en un lindo relato...

    Y ese final sublime del texto, com esa idea casi pan-helénica (permitidme decirlo así) de "busco un trabajo que me encuentre a mí".

    En el fondo sólo somos electrones tratando de romper techos de cristal...

    Y a todo esto, ¿alguien sabe porqué debimos inventar el trabajo remunerado?

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  3. ¿Por qué cuando nos preguntan que nos definan o que hablemos de uno mismo lo primeros que decimos es nuestro trabajo? Más significativo cuando tanta gente despotrica de sus respectivos oficios.

    Aquella línia en el DNI era, cuando menos, curiosa.

    Al leer las posibles variantes, estilo "profesión liberal" (para cuáles?). También se hubiese puesto, con cierta libertad como hoy en día, ¿"mujer de vida alegre ó mujer que fuma y trata de tú"? Además, hoy en día que se estiló el cambio de los nombres de profesiones debido a que alguien consideró que eran "poco dignos", estilo dejar de ser barrendero para ser "técnico especialista en limpieza e higiene urbana", se hubiesen necesitado unos carnets (lo siento, me cuesta todavía escribir carnés) de tamaño superior a aquellos.

    Y no olvidemos la eterna pregunta, ¿y en el de Franco qué estaba escrito: "Caudillo de España por la Gracia de Dios"? Claro que también nos podíamos preguntar y ahora ¿en el de Julián Muñoz habría pasado de Alcalde de Marbella a chorizo?

    Continuando con vuestras disquisiciones me agrada que haya nombrado al colectivo de licenciados en Ciencias Biológicas. No obviemos que la Biología, ciencia de la vida, no ha sido capaz de definir qué es la vida sino "sólo" llegar a un consenso para definir que se supone que es, a día de hoy, un ser vivo. Y lo que es más grave: cuando uno dice que es biológo la siguiente pregunta es "¿Y eso para qué sirve?" "Y tú, ¿qué haces?"

    Ah sí, ¿y si te quedabas en paro debías ir a cambiar el DNI?

    Y ente momento debo reconocer que dos ideas me han parecido sublimes: la filantropía emocional y el hecho que las "cosas" no tienen nombre porqué de tan importantes nadie se los puso. Esto último me hace pensar en un lindo relato...

    Y ese final sublime del texto, com esa idea casi pan-helénica (permitidme decirlo así) de "busco un trabajo que me encuentre a mí".

    En el fondo sólo somos electrones tratando de romper techos de cristal...

    Y a todo esto, ¿alguien sabe porqué debimos inventar el trabajo remunerado?

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